Ahora si!! Red Velvet Cake!!

Buenas noches!!

Vamos a ir por faena, hace varios meses descubrí  la tarta Red Velvet, típica de la zona sur de Estados Unidos, pero no fue hasta hace unas semanas cuando me decidí a probarla. Yo la veía tan resultona y elaborada que pensaba que era super complicado hacerla, y de eso nada!

Me parece una receta sencilla, que no lleva mucho tiempo, y que la sirvas cuando la sirvas, seguro gustará.

El internet hay multitud de recetas, yo me decidí por esta puesto que me pareció sencilla y no lleva ingredientes complicados de encontrar.

Para el bizcocho necesitaremos:

·         300 gr de harina

·         300 gr de azúcar

·         1 cucharada de cacao en polvo

·         una pizca de sal

·         medio vaso pequeño de aceite suave

·         medio vaso pequeño de leche

·         3 huevos grandes o cuatro medianos

·         10 gramos de levadura

·         1 cucharadita de azúcar avainillado

·         1 cucharada de vinagre de vino blanco

·         Colorante rojo, yo usé 2 cucharaditas y media de colorante en pasta colorama. Se necesita la cantidad suficiente para que la masa quede roja.  Yo no os recomiendo lo colorantes líquidos de supermercado, necesitas demasiada cantidad para conseguir el color.

Para el frosting necesitaremos:

·         300 gr de queso de untar

·         185 gr de mantequilla en pomada (casi derretida, para que sea más fácil mezclarla con los ingredientes).

·         1 cucharada de azúcar avainillado, yo además añadí unas gotas de esencia de vainilla

·         300 gr de azúcar glas

Por ahora no tenemos ningún ingrediente complicado de encontrar, ¿no?

Para hacer el bizcocho mezclé primero lo ingredientes secos: harina, azúcar, cacao, sal, azúcar avainillada y la levadura.

Por otra parte monté los huevos, añadí el aceite, la leche, el vinagre y el colorante. Y poco a poco fui añadiendo los ingredientes secos.

Para esta mezcla utilicé un molde redondo alto de 20 cm de diámetro, bien engrasado y con harina, y al horno durante unos 40 minutos a 180º más o menos, según suba el bizcocho hay que ir graduando la temperatura. Y cuando al pincharlo salga el palito limpio lo podemos sacar.

Yo os aconsejo hacerlo de un día para otro para que enfríe bien y al cortarlo para rellenar no se rompa. Yo lo corté en 3 pisos para poder rellenarlo dos veces con el frosting de queso.

Para hacer el frosting solamente tenéís que mezclar bien el queso y la mantequilla, y poco a poco añadir el azúcar glas y el azúcar avainillado.

Rellenamos con esta mezcla los dos pisos del bizcocho y lo cubrís también por encima y por los lados.

Lo podéis decorar como sea, yo hice un dibujo circular con chocolate blando y confeti, y lo puse encima, pero cualquier cosa le queda bien.

Animaros y probarlo, aquí os dejo unas fotos!